El sol es vital para la vida. Ayuda a mejorar nuestro estado de ánimo, es indispensable para la síntesis de vitamina D (encargada de fijar el calcio en los huesos) ayuda a la neuronas facilitando su actividad. A pesar de todo esto, una exposición sin control puede provocar efectos perjudiciales para nuestra piel e incluso para la salud. Por ello en este posts os vamos a dar una serie de recomendaciones para hacer un uso responsable del sol.

Hemos evolucionado bajo la energía solar, y exponerse al sol a diario es muy recomendable, especialmente al atardecer y amanecer. Durante el día, debemos aprovecharlo, pero con mucha cabeza. Exponerse al sol es muy necesario todo año, y no sólo en Agosto. La costumbre de no exponerse a la luz solar durante 10 meses, para luego exponerse de manera excesiva durante 2, es una de los hábitos más dañinos para nuestra piel y salud. Por tanto, la primera recomendación que lanzamos es la de aprovechar las horas solares durante todo el año, y ser responsable en verano.

Por otra parte, es fundamental protegerse del sol de manera diaria, incluso en invierno, para evitar la aparición de manchas en la piel, envejecimiento prematuro, melanomas y problemas en los ojos. La mayoría de cremas de uso diario ya traen incorporado factor de protección, por lo que además de la tan necesaria hidratación diaria, con una buena rutina de belleza estaremos además protegiéndonos de efectos dañinos del sol.

Es importante recordar que la piel tiene memoria y los efectos nocivos de los rayos solares se van acumulando en la piel, en un proceso que se vuelve irreversible. Por esta razón, debemos ser responsables al exponernos al sol y proteger la piel a diario durante todo el año, haciendo mayor hincapié en verano, momento en el que más exponemos superficies de piel de zonas a las que normalmente no llegan los rayos del sol.

A continuación te damos algunos consejos para que tengas en cuenta este verano:

Evitar la exposición al sol durante las horas que los rayos UVA están en su mayor intensidad (Entre las 12:00h y 17:00h) recuerda que los rayos UVA son más intensos que los rayos UVB ya que penetran en las capas más profundas de la piel.
Aplica protección solar antes de salir de casa todos los días, no sólo en la playa y siempre antes de la exposición al sol, eligiendo la protección más adecuada para cada tipo de piel. Es importante que en verano la protección solar tenga filtro contra los rayos UVA y un factor alto (mínimo 30). Las personas con la piel más clara deberán usar protección con el factor más alto al igual que las embarazadas y los niños.
En los días de una exposición prolongada al sol, aplicaremos la protección unos minutos antes de la exposición. Para saber cuándo volver aplicar la protección debemos saber más o menos, el tiempo que tu piel puede estar expuesta al sol sin quemarse. Ese resultado lo multiplicaremos por el factor de la protección solar que vamos a usar y como resultado obtendremos los minutos durante los cuales nuestra piel estará protegida.
Lleva sombrilla y usa gorra para proteger la cabeza, el cabello, el cuello y los ojos.
Los niños menores de 1 año no deben exponerse al sol.
Es importante proteger también el cabello para evitar que se reseque. Para ello podemos usar spray protector específico para el cabello.
Bebe abundante agua, zumos e infusiones, además come fruta y verduras para ayudar a la hidratación de la piel.
Después de la exposición al sol, aplicaremos crema hidratante o After Sun para que la piel recupere su frescor e hidratación de manera intensa.
Recuerda que en un día nublado los rayos atraviesan las nubes provocando daños en la piel por lo tanto debemos de proteger la piel al igual que si estamos bajo la sombrilla.

Esperamos que estos consejos te sean útiles y te ayuden a disfrutar del sol y aprovechar sus bondades sin provocar daños en tu piel ni en tu salud.